SITUACIÓN Y ALTERNATIVAS DE CONTINUIDAD Y DESARROLLO APROPIADO PARA LARGO PLAZO DE LAS LARVICULTURAS DE CAMARONES EN EL ECUADOR

Historia y Antecedentes:

  • Los laboratorios para el desarrollo de larvas de camarón en el Ecuador, se iniciaron desde 1982. Vinieron a este país diferentes profesionales y acuicultores, trayendo tecnologías de: Japón, Europa, Filipinas, y americanas (T&M), que crearon una tecnología propia del lugar (ecosistema). Empresarios ecuatorianos innovadores, impulsaron este negocio.
  • Inicialmente el 100% de estos “Hatchery`s”, fueron constituidos y manejados por profesionales en acuicultura y ciencias afines (biólogos). Todas las larviculturas, contaban con sus propios departamentos de microalgas y se desarrollaron protocolos funcionales para la nutrición apropiada de las larvas.
  • Para fines de los ochenta casi todos los programas de maduración sexual de camarones, fueron descartados, por el bajo producto obtenido: Nauplios con baja sobrevivencia y deformidades.
  • A mediados de los noventa, con la introducción de la biomasa de Artemia enriquecida, y otras innovaciones técnicas, se superaron los problemas nutricionales, y los laboratorios de maduración sexual, comenzaron oportunamente a desarrollar productos de calidad óptima, cerrando el ciclo de vida del camarón Litopenaeus vannamei en forma apropiada (el tema fue NUTRICIÓN).
  • A fines de los ochenta con la aparición de síndromes y enfermedades en las larviculturas, la continuidad del uso de microalgas alimento esencial y vital para los primeros estadios de las larvas (Protozoeas, Mysis y Post larvas), fue comprometida por el uso indiscriminado de antibióticos y recambios de agua extenuantes. Se intentó reemplazarlas con alimentos y polvos artificiales.
  • En los noventas comienzan a desarrollarse larviculturas de bajo presupuesto, reciclando personal de mando medio, con conocimientos mayormente empíricos, adquiridos mientras habían trabajado en los primeros laboratorios de larvas, siguiendo “recetas” efectivas para la época. Esto generó una oferta desequilibrada con respectos a los laboratorios y empresas técnicamente constituidas, variando la oferta y demanda, con precios bajos, buscando por consiguiente bajos costos operativos, castigando insumos apropiados en la nutrición larval y desmejorando la competitividad. Posteriormente con la subida de precios de los quistes de Artemia importados, la nutrición idónea fue nuevamente castigada.
  • Las sobrevivencias de las post larvas en los ochenta no bajaban del 90%, para los noventa esta se mantuvo en un 65% y en el nuevo siglo, las larviculturas, se conformaban con un 45 a 50% de sobrevivencia.
  • Uno de los pocos adelantos técnicos palpable, fue el uso de probióticos, pero estas “recetas” no siempre son bien utilizadas, lo mismo que los biofloc`s.
  • Desde hace unos años, se vienen detectando serias irregularidades en el uso y producción de biomasa algal, en la gran mayoría de larviculturas principalmente en la península de Santa Elena, que presumía un buen “caldo de cultivo” para cualquier patógeno oportunista favorecido por cambios climáticos que pudieran traer serias consecuencias de producción, ya que simplemente la nutrición adecuada de las larvas, estuvo seriamente comprometida (situación actual).
  • Las microalgas son el recurso básico para el desarrollo larvario de Peces, Moluscos y Crustáceos en todo el mundo, y una falta de este alimento natural es sinónimo de serios problemas de producción y calidad de larvas.
  • Más del 95% de las larviculturas actualmente NO cuentan con departamentos de microalgas propios, y los que si los poseen, observamos que no lo están llevando adecuadamente. Problemas de continuos “repiques” y falta de renovación de “cepas”, la gran mayoría contaminada con bacterias y hongos es la tónica habitual. Un comercio diario de compra y venta de microalgas, sin la bioseguridad adecuada, agrava el problema. Los jefes de las larviculturas, en su gran mayoría “empíricos” no saben cómo seleccionar y cuantificar las microalgas, desconocen en su gran mayoría sobre la calidad y cantidad apropiada de microalgas que necesitan para alimentar a sus larvas.
  • Las malas prácticas en la mayoría de los laboratorios, tanto pequeños, medianos y grandes, es caótico desde un punto de vista técnico-científico. Nunca remodelaron los protocolos y menos los mejoraron. Los que manejan las larviculturas, nunca se capacitaron apropiadamente (no tienen donde…), y la “academia” también falló (desde mi punto de vista) en la formación de acuicultores profesionales, ni tampoco existen academias ni escuelas técnicas que capaciten apropiadamente a los conductores de las larviculturas y departamentos afines.
  • Por otro lado el pago que reciben los que manejan las larviculturas, no están al nivel del escalafón para profesionales, y los incentivos que van directamente a la producción, está de bajada desde hace mucho tiempo.
  • No existe una “guía técnica” ni diseño oficial apropiada para las larviculturas, así también la gran mayoría de larviculturas no cuentan con la infraestructura ni equipamiento óptimo que permita comprometer un grado apropiado de bioseguridad y que asegure una buena producción de larvas y, continuidad de la industria.
  • Por otro lado Ecuador dejó de tener hace tiempo un centro técnico-científico que busque mejorar y sobrellevar las buenas prácticas que deberían implementarse para asegurar una producción de larvas sostenibles en el tiempo. Según mi opinión personal el CENAIM, se llenó de personas y autoridades que se divorciaron del sector camaronero hace tiempo atrás, por lo tanto la industria no cuenta por el momento de un verdadero centro de investigación e innovación apropiado. Las alertas tempranas sobre problemas y cómo afrontarlos (plan de contingencia técnica), nunca han existido y mucho menos puesto en práctica.
  • La gran idea de José Alfredo Salvador al frente del INP, de hacer una inspección y seguimiento de las larviculturas anualmente, para proyectar un manejo adecuado de esta importante fase en la cadena de la industria acuícola en el país, fue un “saludo a la bandera”, ya que año a año las larviculturas con malas prácticas de manejo y bajo presupuesto, reciben la clasificación positiva para que sigan operando. Se debe esperar un buen control para las “certificaciones” del caso y que estén bajo los estándares internacionales y actualizados, pero para esto falta una decisión a alto nivel para que se ejecuten las capacitaciones y controles efectivos y continuos.

Alternativas:

El estado a través del ministerio de acuicultura, como órgano rector de la industria camaronera en el Ecuador, debería contemplar lo siguiente:

  1. Evaluar el estado actual de las larviculturas en general, en forma técnica y científica, con criterio abierto. Tendrá que calificar y preparar a su personal en buenas prácticas acuícolas, en este caso de producción de larvas de camarón.
  2. Contemplar la formación de una comisión multidisciplinaria con los siguientes estamentos: el sector privado, la CNA, la academia (todas las universidades que tengan programas académicos en acuicultura e ingeniera acuícola), INP y, el CENAIM, además de tener representante de las larviculturas agremiadas en asociaciones y, la SLA y su foro abierto; con el fin de contemplar seriamente la actividad de producción de larvas y evaluar en forma integral los problemas actuales de la baja oferta de larvas, la tecnología aplicada, mejoras por hacer, fomento, bioseguridad, y formación de larvicultores tanto de mando medio como profesionales.
  3. Conformar un selecto grupo de profesionales en acuicultura, que demuestren su éxito en el campo y laboratorios, con el fin de elaborar guías técnicas-científicas para el manejo apropiado en este caso de las larviculturas, lo mismo sería para las maduraciones y el manejo de camaroneras así como para todos los “eslabones” de la cadena de producción de camarones específicamente.
  4. Una vez que se detalle estas guías, debería ver caso por caso (laboratorio por laboratorio), con el fin de ver cuál es su estado, la infraestructura que tienen, los protocolos que siguen y ver qué requieren o necesitan. Estudiar y observar todas las Resoluciones Ministeriales que permitan el desarrollo de los laboratorios de larvas. Contemplar su organización, tecnología y ficha o estudio ambiental presentados y auditar los resultados de producción, así como la calidad de larvas que producen y el verdadero cumplimiento de una actividad que es parte de un ambiente donde se desarrolla. Se tendrá que reconocer que el compromiso de estos negocios (larviculturas), es con todo el sector y la localidad donde tienen su centro de producción.
  5. Existen actualmente en el mundo, grandes cantidades de dinero para desarrollo y fomento de la acuicultura, por ser algo tan importante y vital como fuentes de alimento para la humanidad. Estos capitales y financiamientos, deberían ser fuentes de fomento efectivas para resolver casos particulares y colectivos de las larviculturas. Deberían considerar este tema con el ministerio de economía y finanzas, así como el de estrategias, para lo cual se necesita una verdadera posición política del tema.
  6. Detener, cualquier intento de funcionamiento de los nuevos laboratorios que se vienen constituyendo y construyendo, hasta no ver cuál es su plan específico y apropiado de desarrollo, antes de darles algún permiso de funcionamiento. Apoyarlos técnica y financieramente sería lo ideal.
  7. Promover con la Academia, el mejoramiento y actualización de sus “mallas curriculares”, con el fin de capacitar a sus docentes en buenas prácticas acuícolas, y la creación de escuelas técnicas a nivel de mando medio y obreros calificados en manejo acuícola. La estructura y funcionamiento del CENAIM, debería ser observado y evaluado, de ser necesario cambiar la misión y visión de este centro.
  8. En términos generales, promover la competitividad del sector acuícola, volviéndola auto sostenible en el tiempo, por ser un sector tan estratégico en la economía del país.
  9. El grave problema de la nutrición inicial por falta de conocimientos actualizados en el cultivo de microalgas, es un tema que se debe contemplar primariamente.

Comentario final:

Los inicios de las larviculturas de camarón en el Ecuador, fue bajo riesgo exclusivo de profesionales y empresarios innovadores que apostaron por un desarrollo tecnológico apropiado, con el fin de “cerrar” el ciclo de la producción industrial del recurso camarón de la especie Litopenaeus vannamei.

Lamentablemente, se permitió que nuevas generaciones de larviculturas, manejadas por personas empíricas y neófitas, se vayan posesionando del sector. Las buenas prácticas y el desarrollo técnico-científico dio paso a la ejecución  de “recetas” de manejo no siempre apropiadas y que fue degenerando para bajar costos, con el tiempo. En pocas palabras “cualquiera” puede ser larvicultor, haciendo una analogía, se crearon muchos “cocineros” que seguían recetas, a veces bien a veces mal, pero cuando para ejecutar  estas “recetas” les faltaba algún ingrediente, no existieron los “chefs” para mejorar el “plato”, y como consecuencia la producción en cuanto a calidad y cantidad de larvas para el sector en general, está gravemente comprometida.

La solución al grave problema de la continuidad del sector, es algo complejo que necesita una integración de todos los autores, para que en forma inteligente e innovadora pueda proyectarse en el tiempo como actividad industrial sostenible.

Salinas 28 de noviembre de 2017.

Jaime Yockteng F.

Gerente General de Bioartemia Cía.Ltda.